100 niños fueron evacuados por agentes de seguridad ciudadana de Trujillo
Un incendio en el chifa King Fok, ubicado en la avenida Víctor Larco 1098, fue apagado a tiempo por los bomberos, evitando una tragedia que pudo tener consecuencias mayúsculas, pues el fuego amenazaba con hacer explotar una cisterna de gas instalada en el techo del negocio, poniendo en riesgo la vida de aproximadamente 100 niños que recibían clases en esos momentos en el Jardín Mi Casita, a solo 20 metros del local siniestrado.
La oportuna intervención de los agentes de la Gerencia de Seguridad Ciudadana y Defensa Civil de la Municipalidad Provincial de Trujillo, evitó una tragedia mayor. Era las 10 de la mañana del viernes, cuando los uniformados, que hacían labores de patrullaje preventivo en la zona, notaron la emergencia en el chifa y de inmediato llamaron a los bomberos, a través de la central de comunicaciones de su unidad.
Mientras unos agentes ediles ayudaban a los voluntarios de la Compañía de Bomberos Salvadora Trujillo Nº 26 a poner en funcionamiento sus motobombas y extender mangueras para apagar el fuego, otros uniformados de seguridad ciudadana, con mucho tino, acudieron al Jardín Mi Casita, que funciona a escasos 20 metros del establecimiento incendiado, en un edificio de tres pisos, y con mucha serenidad, para no alarmar a los niños, los evacuaron al parque San Esteban, a espaldas del centro educativo.
Allí, los pequeños fueron entretenidos con diversos juegos por sus profesoras, hasta que los agentes comunicaron, minutos más tarde, que la emergencia había terminado y podían regresar a sus aulas a continuar escuchando clases.
El incendio se originó cuando el dueño y chef del negocio, de nacionalidad china, fue a encender una cocina, sin advertir que se había producido una fuga de gas. Tras esto, las llamas alcanzaron todo lo que estuvo a su alcance, dejando destruidos enseres y vajilla, y al propietario con quemaduras leves en las manos, las que fueron atendidas por los bomberos.
A esa hora de la mañana, el chifa ya estaba atendiendo a sus clientes, quienes salieron alarmados del lugar, sin pagar la cuenta, según se quejó el propietario en tono molesto y haciendo gestos de incomodidad. Entre idas y venidas de bomberos y agentes ediles, aun se podía notar cinco mesas con cubiertos y platos, algunos de ellos con algo de comida, que habían dejado los comensales.