Con
ordenanza “zanahoria” se busca acabar con la venta de este licor
“El
31% de alcohol que se vende es ilegal y el 61% es adulterado, y lo venden a
diestra y siniestra, sin ningún control. Eso se acabó, hemos sensibilizado
durante un mes, territorio por territorio, para que vendan productos de calidad
y que se proteja la salud del ciudadano”, dijo la alcaldesa de Trujillo, Gloria
Montenegro Figueroa.
En
conferencia de prensa para dar a conocer algunas acciones realizadas con motivo
de la entrada en vigencia de la Ordenanza Nº 024-2014-MPT, la autoridad edil agregó que “los mercados
también están advertidos, en La Hermelinda ya han sido notificados sobre la ordenanza”.
En
esta actividad, una bióloga de la Subgerencia de Salud expuso acerca de los
efectos del alcohol en la salud humana, tanto física como psicológica, y los
peligros del alcohol adulterado que se expende en mercados en las conocidas
“cámara de gas”.
Montenegro
Figueroa sostuvo que lo importante de la ordenanza no es sólo sancionar a los
bares o lugares de expendio de licor, sino velar por la salud de la comunidad,
que debido al auge económico o factores sociales beben bebidas alcohólicas sin
moderación y sin pensar en los serios efectos en la salud que esto provoca.
En
el Perú, las personas con más disposición a tomar son los hombres; el abuso y
la dependencia al alcohol figuran como la tercera causa de pérdidas por muerte
prematura o discapacidad, lo que es superado sólo por la neumonía y accidentes
de tránsito.
Se
ha estimado que actualmente hay aproximadamente un millón y medio de personas
con dependencia al alcohol en nuestro país, pero aún gran parte de la carga de
enfermedad relacionado al alcohol se debe a que un gran porcentaje de la
población general lo usa de manera episódica, hasta la intoxicación
(borrachera).
MERCADOS
Diariamente,
los fiscalizadores del área de salud visitan los mercados, encontrando que
desde las 5 de la mañana no sólo se expenden bebidas alcohólicas, sino que
también hay lugares para su consumo dentro del mismo centro de abastos, lo que
produce malestar en los compradores y vecinos, por los actos delictivos que
posteriormente se generan.
Además,
es común que en los mercados haya mayor venta de licor adulterado, el que
resulta más atractivo al consumidor por su bajo precio, pero estas bebidas
pueden causar serias afecciones, las que van desde un fuerte dolor de cabeza
hasta daño en el hígado y cerebro, ceguera e incluso la muerte.