•También el uso de
hierba buena y paico, como antiparasitario.
•La hoja de la quinua es más nutritiva que el grano.
Un interesante proyecto de cultivo de plantas alimenticias altamente nutritiva y plantas aromáticas, está ejecutando el equipo multidisciplinario profesional del Programa Articulado Nutricional (PAN) de Trujillo, en su lucha contra la desnutrición crónica infantil y anemia que afecta a niños menores de tres años.
El equipo del PAN está
integrado por médicos, nutricionistas, ingenieros agrónomos bioquímicos y
psicólogos, quienes instalaron un biohuerto para el cultivo de plantas
alimenticias como la quinua, con el propósito de fomentar el uso de sus hojas
como alimento, por tener mayor cantidad de aminoácidos en relación al grano de
este cereal.
El biohuerto experimental
fue instalado en el centro poblado El milagro, sector La Pradera y ya está
empezando a producir sus primeras plantas.
La gerente de Desarrollo
Social de la Municipalidad Provincial de Trujillo, Tania Baca Romero, quien
tiene a su cargo el PAN, recibió la explicación del médico Gabriel Pérez
Ballena y del ingeniero agrónomo William Esquivel Reyna, quienes aseguraron que
las hojas de la quinua se cosechan a parir de dos meses de sembrada la planta,
mientras que los granos se recolectan a los 6 meses.
Hay variedades de quinua que
producen más hojas que frutos y es la semilla que se ha sembrado en este caso,
para que las hojas sean preparadas en las comidas de los niños con desnutrición
y anemia, para contribuir a recuperar a los menores en situación de desnutridos
y no solo utilicen la medicina de sulfato ferroso que se entrega este programa.
ANTIPARASITARIOS
Entre las plantas aromáticas
se cultiva la yerba buena y el paico, que según el conocimiento folclórico
tradicional son eficaces antiparasitarios. A los infantes parasitados se les
suministra gratuitamente a través del PAN jarabe antiparasitario una vez al
año, pero pasado más de un mes nuevamente pueden ser parasitados y ya no
reciben la medicina.
Por eso se les dará de tomar
agua hervida con estas dos yerbas, para eliminar los parásitos y facilitar la
recuperación de la desnutrición y anemia, conforme se utiliza en la medicina
folclórica tradicional, sin mayores gastos para las familias.
Para este proyecto de
biohuertos se prepara abono a base de excremento de vaca, para los almácigos,
los que serán trasplantados a maceteros cuyos módulos se entregarán a familias con niños
desnutridos, previamente instruidas en su cultivo, para continuar haciéndolo en
sus hogares y se multiplique este servicio a más familias.